Porque aunque no lo quieras, las cosas suceden así. En el momento más inesperado. Es inevitable. No puedes hacer nada para remediarlo. Tienes que afrontar la situación con la cabeza bien alta. Tienes que pararte, mirar al frente y actuar. No mirar atrás en ningún momento, lo que hiciste ya está hecho. Ponle punto y final.