martes, 24 de mayo de 2011

La vida es sueño.

Según la Real Academia Española, un sueño es aquello que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse.

¿Realmente es un sueño una esperanza sin posibilidad de llevarse acabo?

Todos tenemos sueños; es más, soñamos constantemente. Pero no siempre lo hacemos de la misma manera. Hay dos tipos de soñadores. Por un lado están los que tienen un sueño e intentan llevarlo a cabo. Los que hacen todo lo posible para que se cumpla. Eso está bien, pues tener sueños y aspirar a realizarlos nos convierte en valientes. Y por otro lado están aquellos que no es que tengan sueños para cumplirlos, sino que viven en un sueño.

Viven una historia que no es real. Se hacen una idea de lo que es la vida en la cabeza, que no tiene nada que ver con la realidad. Y lo peor es que muchas veces no se dan cuenta de que su vida, es sueño. Viven encerrados en una burbuja, en un mundo de color de rosa que han inventado. No tienen problemas, no les sucede nada. Viven felices, ajenos a lo que ocurre en el mundo real.

Sin sueños, la vida no tendría sentido, sería monótona. Pero vivir en un sueño, es vivir en una fantasía, en una ilusión. Cuando vivimos en un sueño, el dolor no es dolor, como si estuviéramos inconscientes. Mientras que en la vida real, la de verdad, lo que duele duele, sin anestesia.

Despertar del sueño en el que vivimos, y vivir la vida tal y como es. Que si te golpea, te duela, pero que la felicidad te mantenga de pie, que compense por todo lo demás.