No sé si te interesa, pero cambié. Ya no soy la misma de antes. No soy aquella chica tímida, esa que no hacia nada por miedo al qué dirán, aquella muchacha de sonrisa cohibida. La que no decía nada por no saber el cómo. Lo siento, no sigo siendo esa niña. No. Todo cambia, y aunque no te lo creas, yo también.

He perdido la vergüenza, conservo una pizca, pero la reservo para las ocasiones especiales. Me importa lo más mínimo lo que digan de mí y menos lo que piensan, si supieran lo que yo pienso de ellos... Ahora sonrío cuando me da la gana, porque me da la gana y por el motivo que me da la gana. Digo lo que me apetezca. Es así. Me siento feliz tal y como soy. Puede que me quede un largo camino por recorrer, pero lo poco que he avanzado, lo he hecho con la cabeza alta, siendo siempre yo.
¿Que te gustaba más la otra yo? Pues consérvala en tu memoria, porque no la volverás a ver. Es lo que hay. Si te gusta bien y si no, te tendrás que conformar con buscarte a otra.
Carla Darias.