lunes, 5 de noviembre de 2012

Ven conmigo.

Y día tras día, todo es lo mismo. Y sientes la necesidad de esfumarte. Escapar de las mismas caras, de recorrer las mismas calles día tras día, de sentarte cada sábado en la misma cafetería. El mismo café, el mismo camarero. Siempre igual.

Quieres probar cosas nuevas. Otra ciudad, otra casa, otro café, quizás mejor o quizás no. Pisar otro césped, conocer gente nueva. Huír de esa rutina que tanto te invade. Despertar en un lugar totalmente distinto, otra cama, otra habitación.

Comenzar una nueva vida. Sentirte bien dejando atrás el pasado. Crecer, madurar, y hacerlo en compañía de la persona más importante, lejos de todos los demás. Tirar esa llave que encierra en el lugar más recóndito los recuerdos más dolorosos. Pasar página y volver a escribir una nueva historia; quizás mejor, quizás no, pero nunca igual.

Cambiar con el tiempo, de eso se trata. Dejar lugares, personas, cosas atrás y seguir. Levantar la cabeza y llevarte por delante todo lo que se interponga entre tú y tu destino. Y que sean las experiencias y las personas que te encuentres por el camino las que te definan y no la rutina de siempre. 
Yo estoy dispuesta a huir, a escapar de este día a día y volar a un lugar mejor. Lejos de todo ésto. Te propongo algo... ven conmigo. Acompáñame en este camino llamado vida. Y si lo haces, que sea para siempre. No te pido más.