Y te das cuenta que muchas cosas han cambiado, y a lo mejor, más de las que deberían haberlo hecho. Detalles pequeños y otros más grandes, personas que van y otras que vienen. Pero sabes que todo es cuestión de acostumbrarse. Puede que tú tampoco seas la misma persona, tal vez eres una mejor, o tal vez no. Pero creces y tus prioridades cambian. Todo el mundo cambia y eso es inevitable.
Pero hay que seguir, dejar el pasado atrás, dejar eso que nos perturba y no nos deja avanzar. Porque la vida es un continuo cambio y ese cambio, de una manera o de otra, siempre es para mejor.
Lo mejor de todo es que tienes la certeza de que hay cosas que siempre van a seguir igual, inmutables, pase lo que pase. Porque hay cosas que nunca cambian y porque hay momentos, personas, que quedan grabadas en tu corazón, y es para siempre.