sábado, 20 de octubre de 2012

Y de repente, otoño.

trucos bloggerLas hojas de los árboles caen sin remedio, la lluvia invade las ciudades y el cielo se torna a un color oscuro. Las nubes son las protagonistas del día y de la noche. En otoño los días son más cortos y las noches más largas. La oscuridad irrumpe sin pedir permiso antes de lo previsto mientras que el sol se esconde en lo más profundo del paraíso. 

Otoño es sinónimo de melancolía, de tristeza. El otoño nos hace recordar, revivir momentos del pasado. Ese pasado que nos persigue y no nos suelta. Nuestra vida se vuelve monótona. Sábados y domingos en casa, una buena película, palomitas y una manta es lo único que necesitamos. 

El otoño es tiempo de cambios. Al igual que las hojas caen para dar paso a otras nuevas, los pétalos que nos rodean, esas personas que ya caducaron, escapan para dejar un hueco que será completado próximamente. 

Sin embargo, no todo es lo que parece. El otoño se viste de poesía romántica para invadir nuestras vidas. El pasado es un simple recuerdo que vuelve para insinuarnos lo valioso que es el presente. La lluvia, el olor a césped mojado, las gotas en los bancos y columpios, el viento ondeando con fuerza... pequeños placeres de la vida que muy pocos somos capaces de apreciar.

El otoño es un paraíso distinto. Y no hay mejor manera de disfrutar ese paraíso que con una buena compañía...