Según Ambrosio de Milán, el número seis es símbolo de armonía perfecta. Es referencia de amor eterno entre los que lo comparten. Matemáticamente el número seis es el primer número perfecto, pero por el contrario, la Biblia afirma que es el número más imperfecto, ya que le falta uno para llegar a siete. En efecto, es imperfecto porque nosotros, por separado, lo somos. Pero a la vez, es el número más perfecto porque tú y yo, juntos, somos perfectos.
