Una droga es cualquier sustancia de efecto estimulante, narcótico o alucinógeno y cuyo consumo reiterado puede provocar adicción o dependencia.
Dicen que las drogas son malas, que si caes es muy difícil salir. Dicen que cuando eres adicto lo único que te importa es poder darle una calada a esa sustancia, poder tomarte esa pastilla que tanto necesitas. Un drogadicto no puede vivir sin drogarse, se podría decir que no se sentiría humano.
Es impresionante lo que un concentrado puede causar en una persona, lo que la puede cambiar, lo que la puede hacer enloquecer. Es increíble la dependencia física y psíquica que crea en una persona un simple extracto.
María, cocaína, marihuana, hachís, heroína, metadona. No. Mi droga no se llama de ninguna de esas maneras. Mi droga es única, diferente, mía. Mi droga es sana y muy especial. Me altera el sistema nervioso, me provoca dependencia. Pero lo que más me produce es adicción. La necesito en todo momento; las veinticinco horas del día, los ocho días de la semana.
Tú eres mi droga. Me creas dependencia, tanto física como psíquica. Me haces enloquecer.
Soy adicta a tus ojos, a tu cuello, a tus labios. Soy adicta a tus besos, a tus caricias. Soy adicta a tu forma de quererme. Pero te puedo asegurar que no necesito ninguna solución, sólo te necesito a ti; porque tú eres mi adicción.