sábado, 4 de junio de 2011

Doubts?

Dudamos constantemente. No sabemos qué hacer, qué decir. No sabemos si lo que hacemos está bien o está mal; si estamos yendo por el camino correcto o estamos dando pasos en vano.

Una forma de no dudar es estar seguro al cien por cien. Es que no haya ninguna otra posibilidad, que sólo exista un sólo hecho por el que luchar y para el que vivir. Pero inevitablemente, muy pero que muy pocas veces, es así.

Lo peor no es dudar cuando aún no hemos tomado una decisión. Lo malo es hacerlo cuando creemos tener la certeza de que las acciones que realizamos, los pasos que damos, son los correctos. Ahí es cuando nos tenemos que plantear ua cosa: lo que hacemos, ¿lo hacemos siguiendo lo que nos dice la cabeza, o lo que nos dice el corazón?

Esa es la pregunta que nos cuesta tanto responder. Si nos guiamos por lo que nos dice la cabeza, estamos actuando de manera que lo que hacemos, lo hacemos porque es lo establecido. En ese caso, las dudas serán constantes, estarán siempre. Sin embargo, si nos dejamos llevar por lo que nos dicta el corazón, todo es distinto, diferente. Y es ahí, cuando las dudas desaparecen, se esfuman.