Y enloquecer hasta tal punto que no me importase nada más que vivir. Vivir mi vida, sin necesidad de estar pensando si entro o no en la tuya. Enloquecer hasta estallar y decirte a la cara todo lo que se me pase por la cabeza, decirte que eres un imbécil, un idiota, pero que aún así te quise. Que fuiste la persona más importante de mi vida, pero que se quedó ahí, en pasado. Decirte que estoy harta de quedarme esperando a que me mires por última vez cuando sales por la puerta, harta de tener la esperanza de que vuelvas a sonreírme como el último día que me besaste. Pero lo que sí, advertirte que aunque te siga queriendo, eres alguien insignificante para mí, no me interesas, no me importas. Porque voy a vivir feliz, sin ti.
Carla Darias.