miércoles, 24 de noviembre de 2010

Yo no escogí enamorarme de ti.

Yo no escogí enamorarme de ti, pero la primera vez que te besé, nuestros dientes se rozaron por una milésima de segundo y fue increíble. Y la hora exacta de ese beso eran las 12.10 y quite la pila del reloj para que se quedase detenida la hora para siempre, parada. El minuto exacto en el que me besaste, está metido en un reloj, para siempre y ya nunca sé qué hora es, pero me da igual… y desde entonces miro constantemente el reloj.